
Los consumidores ya no se conforman con cambiar suelos o pintar paredes: quieren transformar su hogar u oficina según sus gustos y necesidades. La participación directa del cliente en el diseño, elección de materiales y planificación de cada fase se ha convertido en un elemento esencial.
Las reformas parciales —como la renovación de una cocina, baño o salón— han aumentado, ya que permiten mejorar la vivienda sin necesidad de grandes obras. También son tendencia los espacios multifuncionales, como salones que se convierten en zonas de teletrabajo o dormitorios con áreas de lectura.
Además, se observa un crecimiento notable en la reforma de viviendas heredadas o de segunda mano, como alternativa asequible frente a la compra de obra nueva.